Reoriente • vol.1, n.2 jul/dez 2021 • DOI: 10.54833/issn2764-104X.v1i2p202-206
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ismo corporativo (1976: 196), Girvan presenta una política de minerales para los
países del Tercer Mundo (que consta de nueve puntos).
Su marco de referencia era el historial de la industria de la bauxita en su propio
país (Girvan, 1967), el del cobre en Chile (Girvan, 1972) y los trabajos de Edith
Penrose (su directora de tesis doctoral en Inglaterra) en torno al petróleo. En al-
gunos de estos trabajos, Girvan desarrolló una metodología original utilizando los
informes de las compañías transnacionales disponibles en el Securities and Exchange
Commission. En el Caribe inglés, se articulaba una crítica al capital extranjero atada
a una propuesta de nacionalización de los recursos. Este argumento no fue un hecho
aislado, sino que en América Latina ya se promovían argumentos similares en torno
a la nacionalización del petróleo y el cobre, entre otros.
Girvan presenta un marco de economía política para analizar la inversión inter-
nacional y el desarrollo, el cual se centra en tres áreas: el valor y las formas de los
ingresos locales creados por la industria; la relación de la industria en la cual está ubi-
cada la operación de la empresa multinacional con las demás industrias; y lo adecua-
dos que puedan ser los esquemas tributarios desde el punto de vista del país antrión
(Girvan 1976: 41). Cada una de estas tres áreas está eslabonada, respectivamente, a
las tres propuestas de Girvan: que los países antriones incrementen la tributación
por la extracción del mineral y sobre las ganancias de las empresas; aseguren partici-
pación estatal en la titularidad sobre las empresas; y que implanten una estrategia de
industrialización regional.
El análisis de la teoría de la dependencia impactó sobre gobiernos de orient-
ación socialista en la región: Jamaica bajo el primer término del gobierno de Mi-
chael Manley (1972-1980) con su propuesta de nacionalización de los recursos
minerales; el programa de la Unidad Popular de Salvador Allende hasta el golpe
de Estado de 1973; Nicaragua bajo el gobierno Sandinista de 1979-1990; y Cuba a
partir de la década del sesenta.
En retrospectiva, Girvan (2012: 60) analiza el proceso, situándose a sí mismo en
el movimiento: “La versión ampliada del pensamiento económico caribeño de la de-
pendencia complementó el estructuralismo con un enfoque histórico e institucional
que se centraba en el papel de la plantación y de las corporaciones multinacionales.
Las contribuciones notables al respecto fueron las de Lloyd Best, Kari Levitt Polanyi,
George Beckford y Norman Girvan. Esta versión sostenía que el subdesarrollo de
las economías caribeñas tenía su origen en los rasgos estructurales y conductuales
asociados con el establecimiento del sistema de plantación esclavista en el siglo
XVII (Best, 1968), cuyo legado “representa una dotación de mecanismos de ajuste
económico que privan a la región de una dinámica interna (Levitt y Best, 1975: 37)”.