Editorial Español.
DOI:
https://doi.org/10.54948/desidades.v0i16.13433Resumo
Otros escenarios se dibujan hoy en torno a la posición de los niños en el mundo. Profundos cambios transformaron nuestra manera de percibirlos y tratarlos. La visión de la infancia como momento biográfico cuyo valor reside justamente en su superación, al dejar atrás cualquier indicio de lo “infantil”, es considerada anacrónica. Este momento de la existencia humana --la infancia- es valioso, no porque deba ser superado en busca de mayor “madurez”, término que frecuentemente sirve para decir que los niños aún no son lo que deben llegar a ser, sino porque se contrapone a la arrogancia de aquellos ideales de plenitud humana, condición que se creía que existía en la vida adulta. Niños y adultos son más semejantes de lo que se imaginaba, en cuanto a la fragilidad e incompletitud de sus existencias. Al mismo tiempo, niños y adultos, en virtud del lugar encarnado que ocupan en el espacio y tiempo histórico, difieren en relación con lo que pueden y quieren transformar en sí mismos, y en el mundo que los rodea.Downloads
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23-10-2017
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EDITORIAL
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